Cuando la piel no retiene suficiente agua, pierde su suavidad, su brillo natural y puede volverse más sensible e incluso agrietarse. Pero no te preocupes, ¡es más común de lo que piensas y tiene solución! Con los productos adecuados y una rutina hidratante constante, podés devolverle a tu piel toda su vitalidad.

La piel mixta combina lo mejor (y lo más desafiante) de dos mundos: suele ser grasa en la zona T (frente, nariz y mentón) y seca o normal en las mejillas. Requiere un cuidado equilibrado que hidrate donde lo necesita y controle el brillo donde es necesario. Con los productos adecuados, podés lograr una piel armoniosa y bien cuidada.

La piel sensible reacciona fácilmente: enrojecimiento, ardor, picazón o irritación son señales típicas. Puede verse afectada por el clima, el estrés o ciertos productos. Es una piel que necesita suavidad, protección y fórmulas calmantes que respeten su delicado equilibrio. Llevando un cuidado correcto puede lucir radiante y tranquila todos los días.

La piel normal es equilibrada: ni muy grasa, ni muy seca. Tiene textura suave, poros poco visibles y un aspecto saludable y luminoso. Aunque no presenta problemas visibles, también necesita cuidado diario para mantener su equilibrio natural y prevenir el envejecimiento prematuro. ¡Una piel feliz es una piel bien cuidada!